La mirada es la principal facción dónde se vislumbran los primeros signos de envejecimiento. Esto se debe a que la piel del párpado es la más fina de todo nuestro organismo, y por ende, la primera en deteriorarse.
La blefaroplastia, o cirugía de párpados, tiene como objetivo rejuvenecer la mirada, eliminando el exceso de piel y/o grasa presente en los párpados superiores e inferiores.
La corrección de los párpados caídos y bolsas, realizada por oftalmólogos especializados en cirugía palpebral, también llamados cirujanos oculoplásticos, aporta la máxima seguridad.
La blefaroplastia sin cirugía es una técnica no quirúrgica basada en disminuir la caída de la piel del párpado superior, así como de eliminar o suavizar las bolsas u ojeras, rejuveneciendo la mirada.
La Dra. Lucía Payá es oftalmóloga y está especializada en cirugía palpebral y medicina estética ocular, por lo que, cuenta con una amplia experiencia en el rejuvenecimiento de la mirada con y sin cirugía.
La blefaroplastia es una cirugía que se realiza para mejorar la apariencia de los párpados superiores e inferiores al eliminar el exceso de piel, grasa y músculo. Algunas preguntas frecuentes que pueden surgir antes de someterse a una blefaroplastia son:
La blefaroplastia es una buena opción para las personas que tienen párpados caídos o bolsas y que les da una apariencia cansada o envejecida.
Aunque lo más habitual es que esta cirugía se realice en pacientes de edad media-avanzada, se puede realizar a cualquier edad. Es cierto que hay pacientes muy jóvenes con bolsas, probablemente porque existe cierta predisposición genética. También hay pacientes con párpados superiores muy pesados que van a requerir cirugía a muy temprana edad.
En definitiva, la blefaroplastia se puede realizar a cualquier edad, siempre y cuando haya una valoración previa por parte de un especialista.
La recuperación después de una blefaroplastia puede variar según el alcance de la cirugía y la salud general del paciente. Por lo general, los pacientes pueden regresar a sus actividades normales después de unos días, aunque pueden experimentar hinchazón y moratones durante 7-10 días.
El postoperatorio no es doloroso, es más bien incomodo por la hinchazón, sensación de arenilla y lagrimeo que alguna vez puede aparecer. También es verdad que depende del tipo de blefaroplastia (superior, inferior o completa).
Las blefaroplastias superiores e inferiores tienen una recuperación mucho más rápida que si hablamos de una blefaroplastia completa de cuatro párpados.
Por lo general, en 7-10 días los hematomas han desaparecido y los pacientes se pueden reincorporar a su actividad laboral, sobre todo aquellos pacientes que tienen un trabajo de oficina.
Aquellos trabajos que requieran de esfuerzos físicos tendrán que esperar unos días más, ya que cualquier esfuerzo podría jugar en nuestra contra y abrir la herida.
Habitualmente recomendamos esperar unas 3 semanas. Primero porque el sudor puede infectar la herida, y segundo porque cualquier esfuerzo físico podría comprometer la herida.
Se recomienda esperar unas 3 semanas aproximadamente después de la intervención.
La blefaroplastia es una cirugía segura y con resultados muy satisfactorios siempre que sea en manos de cirujanos expertos, como es en el caso de nuestra clínica.
Sin embargo, no deja de ser una cirugía, y como toda cirugía entraña riesgos y posibilidad de complicaciones. Pero hemos de recordar que no se trata en absoluto, de una de las cirugías con el mayor riesgo de complicaciones.
Algunas de las complicaciones más comunes que interesa conocer se detallan a continuación:
La cirugía de párpados es permanente y estable con el paso del tiempo. Es una de las cirugías con menos tasa de reintervenciones. Sin embargo, esto no quiere decir que el proceso de envejecimiento no siga su curso, aunque es verdad que sus efectos serán más paulatinos y menos visibles.
La blefaroplastia sirve para tratar la caída de los párpados y las bolsas, pero no nos va a eliminar ni las patas de gallo, ni las arrugas del entrecejo o de la frente. Tampoco sirve para tratar la caída de las cejas.
Para esto casos, podemos echar mano de tratamientos complementarios a la blefaroplastia como la toxina botulínica o los rellenos con ácido hialurónico.
En los casos, en que la ceja esté muy descendida, ésta se puede levantar de manera directa, eliminando un poco de piel por encima de ésta despejando así la mirada.
La piel del párpado es la más fina de todo el organismo. Esto hace que tengamos que ser muy cuidadosos a la hora de trabajar, pero por otro lado presenta la gran ventaja de que las cicatrices son prácticamente invisibles con el paso del tiempo. Además, la incisión la realizamos en el pliegue natural del párpado por lo que va a quedar oculta.
Cuando realizamos una blefaroplastia inferior y quitamos solo grasa no vamos a tener problemas de cicatrices visibles, pues trabajamos por dentro del párpado. En el caso de que haya un exceso de piel que haya que retirar, haremos la incisión lo más pegadito posible a las pestañas, siendo ésta imperceptible con el paso del tiempo.
La blefaroplastia no afecta a las patologías de la visión como la miopía, hipermetropía, astigmatismo, glaucoma…
Pero, sí que es conveniente conocer si hay antecedentes de ojo seco, pues puede aparecer un agravamiento de la sintomatología durante los primeros meses. Para combatirlo pautamos colirios humectantes y lubricantes.
La cirugía de blefaroplastia suele durar entre una y dos horas, dependiendo de si se trata de una blefaroplastia superior, inferior o completa.
Las estructuras que intervienen en la cirugía son extraoculares, por lo que la visión no se modifica.
Por lo general, lo hacemos prácticamente siempre bajo anestesia local y sedación monitorizado por un anestesista. En algunos casos, empleamos la anestesia general en el caso de que el paciente lo pida específicamente o se considere oportuno por parte del médico especialista.
Las blefaroplastias las realizamos en régimen ambulatorio, es decir, el paciente tras la cirugía se va a su casa (no duerme en el hospital). No hay que estar metido en la cama, pero sí que se recomienda una actividad física limitada para que el resultado sea óptimo.
Se puede salir a la calle con una gafa de sol y dar un paseo, ir a comprar etc. pero evitando siempre cualquier esfuerzo físico.
No se han visto diferencias en cuanto al resultado final estético y funcional. Tampoco está relacionado el hematoma o hinchazón con que haga más o menos calor. Por lo que la respuesta a esta pregunta es que da igual operarse en verano o en invierno siempre y cuando nos protejamos del sol.
Si todavía tienes alguna duda, no dudes en contactar con nosotros.
Cada caso requiere una valoración individualizada.
Compartimos el testimonio de Primitivo. Operado en 2019 por la Dra. Payá Serratosa de blefaroplastia Valencia.
Nuestro agradecimiento por dejarnos compartir tu historia.
Iradia 2024. Copyright